domingo, 25 de julio de 2010

LA MAGIA DEL FUTBOL


Esta fotografia está sacada 10 minutos después de que España ganase el mundial de Sudafrica.
Puedo poner esta foto en este blog porque España cuando juega al futbol hace magia.



Una mañana calurosa del mes de Julio me encontré en Benalmadena con el nuevo entrenador del Málaga C.F. ,Jesualdo Ferreira, fue muy amable conmigo y nos sacamos esta foto para el recuerdo. Desde aqui le deseo mucha suerte y mucha magia en su nuevo club.

miércoles, 23 de junio de 2010

ALI BONGO


Ali Bongo was one of Britain’s most popular stage magicians in the 1960s but it was his work as an adviser to other magicians and television shows involving magic that he became most successful. He was for many years associated with the conjuror David Nixon, one of television’s earliest celebrities. He taught tricks to the actor Robert Lindsay when he appeared in the role of Fagin in the musical Oliver! at the London Palladium and worked on the popular children’s television series, Ace of Wands. Ali Bongo was also the original inspiration for the character of Jonathan Creek, played by the actor Alan Davies, in the eponymous television drama series.
As one of its most respected members, Bongo was elected president of the Magic Circle in 2008.
Ali Bongo was the stage name of William Oliver Wallace, but throughout his career he was rarely referred to by his real name. Born in Bangalore, India, Ali’s parents were Scottish and Irish. He performed his first magic trick at the age of 5, which he learnt from the children’s page of The Times of India. He was educated at garrison schools in India, then at Sutton Valence School in Kent.
He acquired the Ali Bongo name from a character he played in a national youth club pantomime as a teenager. After National Service he moved to London where he worked in various spheres of magic including as a prop-maker. A gifted cartoonist, he illustrated several books about magic and eventually became the manager of the magic department in Hamley’s toy shop in Regent Street.
By the 1950s Ali was working as a magician in variety theatres and clubs throughout the country. Billed as “The Shriek of Araby” he wore outrageously colourful costumes and his act was a combination of brilliantly mimed, zany comedy with expertly performed magic tricks. Casseroles of fire turned into colourful displays of doves and silks, bouquets of flowers changed colour, ladies were sawn in half and he involved his audiences with hilarious mind-reading feats. Like many magicians of his era, Ali was loath to reveal the tricks of his trade to the general public. “It’s long training,” he said. “You have to know about chemicals, electricity, lighting, mechanics and music. You need an analytical mind to understand how things work.”
At the height of his stage career he had his own BBC TV series, Ali Bongo’s Cartoon Carnival, but a turning point came in the late Sixties when David Nixon invited him to become an adviser on such television programmes as David Nixon’s Magic Box and The David Nixon Show. A former stage partner of Norman Wisdom, Nixon went on to become one of television’s most famous magicians. His naturally shy, avuncular personality caught the public imagination and with the introduction into his shows of the fox puppet, Basil Brush, he became a household name.
Ali worked on nine series of television shows with Nixon, as well as acting as adviser on Ace of Wands (1970-72), a Thames Television children’s adventure series in which a young stage magician tackled crime and evil in his spare time.
The programme helped to popularise magic as a hobby and Ali wrote several paperbacks for children on the subject. He also endorsed a bestselling toy, which was sold as Ali Bongo’s Box of Tricks.
Ali travelled extensively throughout the world acting a consultant to many internationally famous magicians, most notably David Copperfield in Las Vegas. During the 1980s he worked closely with Paul Daniels on the his television programmes, Paul Daniel’s Secrets. He appeared at many magic conventions, often dressed in garish red suits and sporting a flowery bow tie.
In 1997 David Renwick, the writer and creator of the BBC comedy drama Jonathan Creek, said that he had based the lateral-thinking character of Creek on Ali Bongo: “I’ve always felt that a good detective character should have some kind of very special mental acuity and I thought that someone who was in the process of constructing illusions would possess the wherewithal to deconstruct crimes that were totally baffling.”
Ali continued to be in demand both as an adviser and as a performer for several years despite being involved in a serious car crash in June 2003. He and a fellow magician, Jack Devlin, were due to perform at a charity function at Prince Charles’s Highgrove Estate when a lorry hit the side of his Daimler. Both men were taken to hospital, but were released later.
A popular figure at many showbusiness functions in London Ali Bongo was a past president of the Concert Artistes Association and a member of the Inner Magic Circle. Once asked about his profession he said: “I won’t tell people how it’s done. But most of it isn’t dangerous. You’d be surprised how easy it is to convince the majority of people of magic.”
His sister predeceased him. A niece and a nephew survive him.
Ali Bongo (William Wallace), magician, was born on December 8, 1929. He died of pneumonia on March 8, 2009, aged 79

jueves, 20 de mayo de 2010

HISTORIA DE LA MAGIA EN ESPAÑA

MAGNIFICO ARTICULO DE JUAN TAMARIZ ESCRITO EN 1993

LOS COMIENZOS.

Mucha y buena. Ya desde el comienzo de nuestra historia, allá por el siglo 1 d. C.:tenemos noticia de la existencia de buenos y hábiles manipuladores callejeros de cubiletes (usando vasos para el vinagre o “acetabulari”). Nos lo cuenta nada menos que el filósofo cordobés Séneca quien -decía- admiraba estos juegos de habilidad y, además, gustaba de no conocer el secreto para no perderse el encanto, lo que demuestra, si falta hace, la calidad de su pensamiento.
¿Y luego?... Bueno. Un salto en cuanto a los datos:

MAGIA HISPANO-ARABE.

En el siglo X, el historiador y moralista árabe (también de Córdoba) Abenhazan, cuenta de un tal Abu Mohamed, conocido por “El Mojric” (“El milagrero”), que hacía que en su presencia oyesen las gentes hablar sin que se viese quien era el que hablaba. Y explica el truco utilizado, ayudado por Mohamed Ben Abdalá “El secretario”, que era quien, escondido y utilizando una gran cana introducida por un agujero de la pared de la Mezquita, emitía las voces y sonidos escuchados.
Sigue diciendo Abenhazan en su “Historia de las religiones” que (Ibid., V, 5, 6), hay fenómenos extraordinarios que dependen de prestidigitación, como las artimañas del “escamoteador, que las gentes ven con sus propios ojos, sin que sean otra cosa que “operaciones sutiles que en nada alteran las leyes de la naturaleza”.
Así, el prestidigitador da una puñalada a un hombre con un cuchillo: los que ven aquello, sin conocer la trampa, creen que el cuchillo penetra realmente en el cuerpo agredido, y no hay tal cosa, sino que el mango del cuchillo esta hueco, y en ese hueco es “donde se introduce la hoja del cuchillo. Del mismo modo, el escamoteador hace pasar por dentro de un anillo un hilo cuyos “dos extremos entrega a un espectador (que nada sospecha) ordenándole que tome cada uno con una mano; seguidamente toma el prestidigitador con su boca aquel anillo y, en tal Wuación, se lo mete en su mano tapando con esta la boca: dentro de la boca ya lleva preparado otro anillo que parece exactamente el mismo del hilo, y así al quitarse la mano de la boca hace creer a los espectadores que ha extraído del hilo el anillo; vuelve luego a tomar ‘en su boca el anillo del hilo y, separando las manos de la boca, muestra de nuevo el anillo dentro del cual esta el hilo. Y como este escamoteo, son todos los que yo he visto.
Comenta también el mismo autor de la existencia, ya en este siglo X, de los teatros de Sombras Chinescas en la España árabe. (SIGIU) XVI.
Al principio del siglo XVI, conocemos que Hernán Cortés llevaba en su expedición a las Tierras recién descubiertas (México) un mago-ilusionista. Así aparece en las Crónicas de Nueva España de Fr. Bernardino de Sahagún.
Y a mediados del siglo, en 1550, aparece el libro de Cardan llamado “De Subtilitate” donde nos cuenta los excepcionales efectos con los tres aros metálicos que enlazaba entre sí el famoso mago catalán Dalmau “El Tortosino” cuando trabajó en Milán ante Carlos V y Francisco Sforza. Presentaba además Dalmau un juego en el que encontraba las 4 cartas del mismo número, a pesar de estar bien mezclada la baraja, o transformaba toda la baraja en cartas iguales, y por eso opinaba Cardan que Dalmau debería tener prohibido jugar a los naypes “bajo pena de muerte” y lo decía con toda la razón porque ya en este siglo y en los dos anteriores los truhanes y pícaros hispanos habían aprendido e inventado mil y una triquiñuelas y trampas de todo tipo con los naypes para ganar a cualquier juego.
Cervantes en Wnconete y Cortadillo”, Velázquez en alguna de su pinturas y, luego, Quevedo en “El Buscon”, nos dan buena cuenta de las trampas y ardides utilizados por los jugadores de ventaja para ganar y poner el azar de su parte.
Pero, antes incluso, ya en el siglo XV se escriben varios libros por Covarrubias, Alcocer, Torquemada, Luque y Fajardo y Navarrete sobre las trampas de juego, señal de lo extendido que estaba el uso de trampas y técnicas con los naypes en la España de esta época. (Recordemos que muchas de las técnicas utilizadas en estas trampas de juego son luego aprovechadas por los ilusionistas para sus juegos, añadiéndoles las técnicas propias creadas por los practicantes de este Arte).
Y tras Dalmau (quien por cierto tuvo que demostrar ante la Inquisición que sus juegos y efectos eran debidos a su habilidad manual y a su ingenio), pasamos a poseedor de una casa llena de todo tipo de efectos m&icos que, como bien dice Julio Caro Baroja, debían ser aquellos que explicaba el padre Kircher en sus libros sobre “Magia de la luz y de las sombras”: linternas mágicas ocultas, catoptrica, etc. (Ver lo que conté en las fichas 49 a 51 del Vol. 1 de esta misma obra).
La llegada de los magos extranjeros aumenta la cultura de los magos españoles. Entre los que vinieron, destaca el primer mago que pasó de la calle a un escenario en España, que probablemente fue, según investigaciones de Ramón Mayrata, el italiano Alberto Ganassa
(llegado en 1574 a Madrid) y que permaneció ocho anos en España, con su compañía de Comedia del Arte. (Su popularidad fue tan grande y adquirió tan gran fortuna que algunos envidiosos, como Ricardo de Turia, escribieron de él: “... como lo vieron los que se acuerdan “en España del famoso cómico Ganassa que en la primera entrada que hizo en ella robó
migualmente el aplauso y el dinero de todos”. (También Lope de Vega le cita varias veces en sus obras).
EL SIGO XVIII.
Y luego ya en el siglo XVIII la aparición del primer libro dedicado a la magia en español: “Engaños a ojos vistas...” publicado en Madrid en 1733 y escrito por Pablo Minguet conteniendo muchos de los juegos con cubiletes y naypes muy probablemente sacados de la obras de Ozanam publicada a finales del siglo XVI y que tuvo que tener gran influencia entre practicantes de la magia-ilusionismo de nuestro país.
En este mismo año. 1733, el mago italiano Tomas Paladini entonces en España, es llamado por el Santo Oficio a demostrar sus habilidades en privado. También salió, como Dalmau, libre de cargos. Entre los juegos que sabemos hacía la “Cinta rota y recompuesta”, “Cambio de un naype de oros en uno de espadas” y “El gallo muerto y resucitado”. Otro mago, El gran Genovés. en 1764 actuaba en Madrid y “cortaba varios materiales a presencia de la vista y de la misma suerte los une”.
A finales de este siglo XVIII, en los periódicos españoles aparecen diversos avisos y anuncios referidos a la magia. El historiador y titiritero Francisco Porras ha encontrado algunos en “El Diario de Barcelona” en los que Narciso Ribot avisa que “da principio a sus divertidas funciones de ‘Juegos de Manos’ en los que manifiesta su adelantamiento por las varias y diversas suertes que executarLi no vistas hasta el presente”. Manuel Perigallo de Valencia se anuncia para “hacer Juegos de Manos en casa particulares”. Otra persona “bien conocido en este Reyno y el de Portugal, pero nunca visto en esta ciudad” anuncia sus sesiones. Jayme
Chiarini anuncia sesión de sombras chinescas. Fondard, físico, naturalista y profesor de
Matemáticas “abrir5 un salón de Física en el que habd una muchacha invisible de edad de 15 años, a la cual se oira cantar, suspirar, reir, responder a todas las preguntas, averiguara el color de los vestidos de los concurrentes... etc.”
Existe incluso un aviso de venta de instrumentos de Juegos de Manos y algunas maquinas, en la calle del Carmen que dice: “. . . aunque ya salió una persona que compró algunas de dichas cosas y dixo que volvería para acabarlo de comprar todo, no se ha visto; por lo que se avisa a él u otra persona que tuviese el gusto de comprar dichos efectos, acuda un clérigo madrileñoa dicha casa, que se le darCin a un precio muy equitativo”. La Linterna Mágica, muy de moda ya entonces, seguro estaba entre dichos objetos...
Se anuncia también a Juan Brasi, (veneciano, discípulo de Pinetti) y conocido como “El hombre incombustible”. Existía pues bastante actividad en esta época en el campo de la Física y los Juegos de
Manos.
También es este siglo se produce en España un enorme inter& y gusto popular por un tipo de teatro del género “comedias de magia” consistente en obras de discutible calidad literaria pero en las que los decorados cambiaban de forma continua y sorprendente, los personajes y sus vestiduras se transformaban, aparecían, desaparecían y ocurrían todo género de prodigios y efectos teatrales que dejan admirados y pasmados a sus espectadores. Son las “Comedias de Magia escritas por Zamora y Cañizares durante todo el siglo XVIII y primera mitad del XIX y estudiadas a fondo por Caro Baroja: “El Mágico de Salerno” dedicada al antes nombrado 9nago” del siglo XVII Juan de Encina, “Las Mágicas encantadas”, etc. (Me comenta Pucho1 que por los años 30 se seguía representando este tipo de obras por una compañía cuyo director y primer actor se llamaba Rambal, y que él mismo asistió por lo menos a dos de dichas funciones, “El Conde de Montecristo” y otra cuyo titulo no recuerda, en el desaparecido Teatro Fontalba, en la Gran Vía, hoy naturalmente convertido en Banco).
Alguna de estas obras tuvieron tal éxito popular (aunque también entre la aristocracia yla familia real había quienes gustaban de ellas, como Fernando VII) que fueron representadas, aunque con interrupciones, cerca de icien años!... La tramoya y la sensación de lo mágico debía estar muy bien conseguidas para merecer estas obras (a pesar de su endeblez literaria) tan inmenso favor del público. (Por cierto que hace pocos años en España y otros países se presentó una obra de similares características, “El diluvio que viene”, interpretada por el vienés-español Franz Joham y el éxito fue tal que permaneció años en cartel, tuvo sus
reposiciones y ~610 lo costosísimo de su producción dificultan su actual. programación. Y es que el gusto por lo mágico, por lo maravilloso, por el sueño visto en realidad, es de todas las épocas).
Y en todo este siglo XVIII los magos, o “físicos” como ellos mismos se denominan, presentan una enorme variedad de maquinas automáticas, ópticas y mecánicas. (Recordemos que es el Siglo de Oro de los autómatas del suizo Jacques Droz con sus mufiecos que escriben, dibujan o tocan música, y de los autómatas trucados que “El Paisano del Norte” de Holanda y sobre todo el italiano Pinetti presentan con gran éxito).
Un discípulo o imitador de Pinetti llamado Tasarini se presentaba en Madrid en 1792 con un espectáculo consistente en 16 maquinas, “la filósofa que responde por escrito a preguntas, “el faisán de la China” y otros. Y en 1783 Teodoro Blanqui se presentó también en Madrid con figuras autómatas.

EL SIGLO XIX.

Y ya en el siglo XIX encontramos una notable actividad a juzgar por los libros que se publican, entre ellos el del aficionado madrileño J. Mengs “EI Tio Cigüeña” (1839) que es un libro extraordinariamente bien informado y al día en todos los aspectos de la Magia y juegos de manos (cartas y otros objetos) adelantándose en este aspecto al francés Ponsin en casi veinte años.
Así conocemos, gracias a Varey, que en Madrid actúan Gossoul y Poret en 1826, así como José Dos Reis Malabar (que di6 nombre a la palabra wMalabarismoM) quien trabajó en 1831 y 1833. Pedro Reyno (francés) instala un teatro de metamorfosis en Madrid, y también a la Villa y Corte llega Cayetano Pelizzari con el truco de “La niña invisible”. En 1828 Ramón Pérez Olivar, relojero, construye en Zaragoza un teatrito de transformación, y en 1826 en Madrid, en la calle de Fuencarral 81, Fernández exhibía un teatrito mecánico llamado “La maquina pequeña de perspectiva”. Baltasar Calvo y María Salazar en 1821 presentan “Las
sombras de la Linterna Mágica” y ,hasta el propio Goya asistía en Madrid a funciones del tipo de Fantasmagorias y cámara Obscura a la que era muy aficionado.
Y la Fantasmagoria, tan en boga tras la llegada de Robertson a Madrid, tiene su máximo exponente en la calle Caballero de Gracia 34, donde Gómez Montolla las representa junto “con varios juegos de Física y Destreza”, al igual que hacía allí mismo en 1823 José Coronado.
Romanine actúa en 1821 ante los Reyes, Marcos Latronche les demostró su teatro pintoresco mecánico en 1852 en Vista Alegre de Carabanchel y Antonio Zervi actúa ante sus Majestades en Aranjuez en 1830.
Todos estos datos nos dan una idea de lo que era la Magia en esta primera mitad del siglo XIX. Pero no olvidemos que estas “habilidades de juegos de manos” eran ya, a juzgar por el excelente libro del “Tio Cigüeña”, de gran dificultad manual y digital, gran técnica y alta calidad artística. Otros libros de la época publicados en Madrid son traducción de la “Magia Blanca” de De Cremps (hacia 1833) uno sobre “Juegos de Manos” por P. Lirniñana en 1866, otro sobre “Recreaciones del Me y Secretos de Física” (este de finales del siglo XVIII, 1791).
Los juegos de manos eran presentados, en esta época, en tertulias y salones.

LIBROS.

En Barcelona se publican libros sobre “La Doble Vista amimagnética (1847) y en 1852 “Flores de Invierno” por J. María Schmid; un curiosísimo librito de 1847 titulado “Palacio Desencantado de Mr. Macaliste?’ nos cuenta con todo detalle en sus 54 páginas las 45
experiencias presentadas en Madrid por dicho mago que había sido ayudante del francés Philippe. Describe el librito los juegos (y sus explicaciones) que tanto éxito habían tenido (ver lo que el autor anónimo dice en su prólogo que reproducimos).
En la segunda mitad del siglo se publican varias obras, traducciones de Robert-Houdin y Ponsin, del alemán Willmann, de Richard y G. Robert, y originales del aficionado valenciano Palanca Lita “El moderno prestidigitador” (1897) y, en 1900, la interesante obra del barcelonés
Joaquín Parta@ “El prestidigitador Optimus, o Magia Espectral”.
Y fue el propio Partagás quien creo a finales del XIX la primera tienda estable de magia en Barcelona, “El Rey de la Magia”, y que hoy continúa abierta tras pasar por las manos del barcelonés de origen suizo C. Buche& luego su sobrina Joana, el mago holandés Flip y, actualmente, los componentes de la “Capsa Mágicaw Jose Ma. Martínez y Rosa.

LOS MAGOS DESTACADOS.

Ademas, Partagás había abierto en 1894 el primer teatro-salón dedicado exclusivamente a magia, situado en la Rambla del Centro con funciones diarias y presentación de efectos de ilusionismo, magia, linterna mágica, etc.
Pero el mas conocido actuante del siglo XIX fue, junto con Partagás, Fructuoso Canonge, nacido en Montbrio (Tarragona). Era un estupendo mago especializado en actuar en cafés que recorrió toda Francia y destacaba, también, por el gigantesco cartel publicitario que exponía a la entrada de los cafés donde actuaba. Había tenido un salón de limpiabotas en Barcelona (existe una placa en su recuerdo en la Plaza Real) y llegó a ser nombrado Caballero. Existe un libro “Apuntes para una biografía de Canonge”.

martes, 13 de abril de 2010

LA PRINCESA KARNAC


En su época, Harry Kellar, el ilusionista número uno de los Estados Unidos, llegó a tener noticias de una nueva levitación. Viajó especialmente hasta Inglaterra para ver las actuaciones de Maskelyne. De cuerdo con un sobrino de Kellar, Frank Kellar de Eric (Pennsylvania), Harry deseaba mucho el secreto de esta levitación.

Por ello hizo una oferta de cinco mil dólares para comprar esta ilusión; pero Maskelyne se negó a venderla aún por una suma diez veces mayor.

Algo disgustado, el gran mago asistió, durante toda una semana a cada una de las funciones de Maskelyne. Esto no le ayudó. Los tramoyistas tampoco podían ser sobornados. Los diarios londineses, sabiendo de la visita el artista norteamericano, le hicieron pasar difíciles momentos.

Finalmente, Kellar decidió realizar una maniobra audaz y desfachatada. Una noche se sentó en primera fila en el teatro. Justo cuando la ilusión de levitación comenzaba, subió al escenario; allí vio lo suficiente, descubrió lo que quería y se embarcó hacia los Estados Unidos donde construyó su propia versión de la levitación llamada "La levitación de la princesa Karnac", haciendo su debut sensacional en el Auditorio, Filadelfia, en enero de 1904.

miércoles, 3 de marzo de 2010

martes, 2 de marzo de 2010

LA SUERTE DEL PICK-POCKET

LA SUERTE DEL PICK-POCKET
RAMÓN MAYRATA

Tenía cierta habilidad con las cartas. Aunque era mago vulgar del montón. Se ganaba la vida haciendo demostraciones en pequeños club nocturnos, donde los aficionados al juego gustaban de sus habilidades. Pero un accidente pulverizó los huesos de sus manos y desde entonces se quedó sin trabajo. Sus reservas se habían agotado. Le quedaban dos dólares en el bolsillo y apuraba la que imaginaba su última copa durante mucho tiempo, en la barra de su bar preferido.
Le sorprendió que aquel joven bien vestido le dirigiera la palabra. Incluso le invitó a un par de tragos. Al poco charlaban animadamente. Cuando el joven se enteró de su profesión le confesó que siempre había deseado aprender algunos juegos de cartas. A pesar de su mano inutilizada aún podía enseñar sus secretos. El joven le prometió que le pagaría bien. Seguidamente se marchó en busca de su coche. Tardó un buen rato en desaparecer, pero al viejo mago no se le hizo larga la espera. El joven dejó un billete de diez dólares con los que financió unas cuantas copas más.
Al salir del bar, apenas se sostenía sobre las piernas. El joven le ofreció una petaca de whisky al tiempo que ponía en marcha el lujoso automóvil. A pesar de su ofuscación le sorprendió que se intrincara por los barrios extremos de la ciudad. Al fin se detuvo ante una casa miserable, parecida a la suya. ¿Era posible que aquel joven tan elegante viviera en aquel tugurio? El mago decidió evitar preguntas.
Ascendió con dificultad las escaleras. No había ascensor. En el rellano del cuarto piso dio un traspiés y estuvo a punto de rodar por los escalones, pero el joven le trabó entre sus brazos.
En cuanto entraron en la casa, el mago apuró las últimas gotas de whisky y se dejó caer en un sillón. Un segundo después roncaba a pierna suelta. El joven abrió la puerta de una habitación cercana, echó una ojeada a su interior y se marchó sin hacer ruido.
De nuevo en el coche, pensó que todo había resultado muy fácil. Llevaba varios meses dándole vueltas a cómo desembarazarse de su amante. Aquella chica estaba dispuesta a denunciarle ante su mujer, a menos que le tapara la boca con un buen fajo de billetes. ¿De dónde podía sacar el dinero? Su esposa se negaba a aumentarle su asignación. En cuanto vio a aquel vagabundo se le ocurrió el plan. Mientras le dejaba bebiendo una copa tras otra se introdujo en el piso y estranguló a la chica. Luego fue sencillo llevar allí al vagabundo, invitarle a unos cuantos tragos más y dejarle en el sillón de la sala durmiendo la mona. Al cabo de unos minutos regresaría a la casa la muchacha que compartía el piso con su amante y le encontraría allí, borracho. Y a ella, muerta. Ni la policía ni el juez albergarían duda alguna sobre el caso.
En cuanto escuchó la puerta de la calle, el mago se levantó del sillón. En la habitación contigua descubrió a una muchacha dormida. No merecía la pena quitarle la sortija, ni la pulsera. Eran dos baratijas sin valor. Había sido una suerte arrebatar a aquel muchacho la cartera en el rellano de la escalera, cuando fingió un traspiés. A pesar de su dolor, sus dedos habían actuado rápido, como en los viejos tiempos. El muchacho le caía bien. No tenía nada contra él. Por el contrario, había sido muy amable. De modo que separó cuidadosamente los billetes que contenía la cartera y la dejó sobre la mesa del salón, con el carnet de conducir y la interminable ristra de tarjetas de crédito. Después abandonó tranquilamente la casa.

lunes, 1 de marzo de 2010

MARIUS CAZENEUVE

LA GRAN AVENTURA
DE MARIUS CAZENEUVE

Han pasado varios años desde la memorable conferencia que diera Marius Cazenueve en la Sorbona de París. En 1886 llega a Madagascar. La isla está ocupada por los Havas, que sin duda llegaron de Malasia hacia el siglo XIV. El 9 de octubre, cazenueve llega a la capital, Tananarivo, que es una ciudad de 50.000 habitantes. Es recibido por el Residente General de Francia, el señor Myre de Vilers. Éste, cansado de ser burlado por el gobierno del país, está encolerizado de tal manera que quiere marcharse. Le explica la situación al mago:
La soberana de Madagascar es oficialmente Renabalo-Manjaka III. La reina es una simpática persona de veintitrés años, muy amada por su pueblo, pero sin ningún poder, puesto que ella estaba bajo la tutela del marido, que es un viejo carcamal. Éste no es de sangre real, por lo que lleva solamente el título de Primer Ministro, lo que no le impide protagonizar un pequeño detalle histórico bastante extraño y para nosotros podríamos decir chocante. Este señor se había casado también con las dos reinas anteriores de la isla. Vosotros pensad lo que queráis.
En Madagascar, en aquellos tiempos, Inglaterra oponía una violenta lucha de influencia a Francia. El primer ministro está de parte de los ingleses, cuyos intereses con admirablemente definidos por los sacerdotes metodistas establecidos en la isla.
Así pues, Cazeneuve ha llegado precisamente para intentar establecer el prestigio de Francia, dando representaciones mágicas. Piensa que podrá renovar el éxito que treinta años antes había logrado en Argelia Robert Houdin. Pero el Residente General de Francia es muy escéptico…
Cazeneuve no se descorazona por este ambiente desfavorable. El 10 de octubre logra invitar al Primer Ministro Rainilairivony a la Residencia francesa y le ofrece una sesión de prestidigitación… con todo su séquito asiste a los juegos sorprendentes del mago francés. Éste –como por encanto- hace aparecer una pizarra, virgen de toda escritura, en la que aparecen luego las siguientes palabras en caracteres malgaches: ``Tu país será salvado, si tú sólo aceptas como aliados a los representantes de Francia´´. Y no oculta decir que estos milagros no son debidos a la brujería, sino a la Ciencia, a la ciencia francesa… Después de esto, el primer Ministro se muestra muy afable junto con su séquito y se nota que sus relaciones con el señor Le Myre de Vilers son ahora menos frías.
Al día siguiente, un terrible incendio se declara en Tananarivo. Altas llamas se propagan en todo un barrio de la ciudad. Los nativos piensan que no pueden hacer nada para evitarlo y se conforman con mirar y huir. Es cierto que las casas están construidas de madera y por ese motivo es muy difícil evitar que ardan.
Desde lo alto de su palacio, la reina Ranavalo, inmóvil bajo un parasol rojo con borlas de oro, contempla el incendio.
Repentinamente, queda asombrada. ¿quién es? –pregunta a sus sirvientes-, ¿quién es ese pequeño diablo que pasa entre las llamas? Ese ``pequeño diablo´´ es Marius Cazeneuve, que armado con un hacha, se lanza con audacia a aminorar los efectos del desastre.
Y puede ser que poco más tarde, en su cámara real, la reina, descansando, sueñe con el pequeño diablo que corría entre las llamas…
Sea como sea, al día siguiente, Cazaneuve es invitado a palacio. Es recibido con todos los honores militares y la reina se entrevista con él durante media hora. Más tarde hace una sesión de juegos de magia y explica que sus juegos sólo son productos de una gran habilidad y que también lo son de sus conocimientos de algunas ciencias como las matemáticas, la química, la astronomía, la física, la medicina... Nombrar la medicina fue como si hubiera dicho una palabra que produjo unos efectos imprevistos. Se daba el caso que nuestro ``pequeño hombre´´, había hecho en su juventud, desde 1856 a 1858, estudios de medicina, los cuales le sirvieron para convertirse poco a poco en el médico particular de la reina. La enfermedad que ésta padecía era el tedio que el anciano marido le producía. Y así, lentamente, Cazeneuve, pasó de médico a amante. De más está decir que la influencia del pequeño francés sirvió enormemente a los intereses de Francia. Los sacerdotes metodistas, aunque pidieron y les fueron enviados, desde Inglaterra, manuales de prestidigitación, nada pudieron contra los enfrentamientos ``del brujo francés´´
Pero como toda ilusión es evanescente Cazeneuve, tuvo que retornar a Francia llevándose un fabuloso contrato para el gobierno francés. Mas la magia del poder es más fuerte que la de cualquier mago! Cazeneuve no consiguió cobrar nunca un solo franco de comisión por aquel fabuloso negocio.
¡Donde hay dinero de por medio, no hay ilusión que valga!

domingo, 28 de febrero de 2010

lunes, 22 de febrero de 2010

viernes, 15 de enero de 2010

LA MAGIA AYUDA AL ALZHEIMER


Las técnicas y principios desarrollados por magos e ilusionistas a través de la historia podrían ser de gran utilidad para manipular la atención y la consciencia en el laboratorio a la hora de tratar diversas enfermedades neurodegenerativas, según explicó hoy la directora del Laboratorio de Neurociencia Visual, Barrow Neurological Institue de Phoenix (EEUU), la doctora Susana Martínez-Conde.

Actualmente trabaja en una investigación, que la integran magos y neurocientíficos, que pretende, además de conseguir desarrollar nuevas herramientas y experimentos científicos, conseguir aprovecharse de sus investigaciones para afrontar algunos tipos de enfermedades neurodegenerativas, como la demencia senil o el Alzheimer, así como para tratar pacientes con limitaciones cognitivas provocadas por traumatismos.

Según explicó en declaraciones a Europa Press, esto es posible porque, "con objetivos diferentes, utilizamos técnicas similares, aunque la diferencia es que los magos llevan haciendo esto desde hace miles de años, mientras que la neurociencia cognitiva sólo tiene unas décadas de vida, y, por tanto, las técnicas de los magos están a años luz de lo que hacemos los científicos en laboratorio".

"Podremos seguramente aprender cosas muy importantes sobre mecanismos fundamentales de procesamiento neural. Si sabemos exactamente cómo funciona la magia en el cerebro del público, qué es lo que hace qué funcione, nos acercará a entender cuáles son las bases neurales, no sólo de la magia, sino de toda nuestra experiencia consciente", explicó.


El objetivo inmediato es tratar de comprender cómo funcionan estos procesos y lo que pueden decir sobre el funcionamiento del cerebro normal, aunque "hay indicios de que a medio plazo se podrán aplicar estas técnicas y estos descubrimientos a diversas patologías neumológicas, y en pacientes con recursos cognitivos limitados". "Hoy por hoy estamos en los aspectos más incipientes de la investigación, esto es una colaboración reciente", indicó.

No obstante, explicó que es improbable que se pueda restaurar las funciones que se han perdido pero, utilizando las técnicas de los ilusionistas, "podríamos hacer que se aprovechen al máximo los recursos cognitivos y atencionales que todavía tienen disponibles, lo que podría suponer un aumento muy significativo en la calidad de vida de estos pacientes". Además, advirtió de que estos conocimientos podrían aprovecharse por los sistema educativos para mejorar y enfocar la atención de los alumnos.

La misma maquinaria neural que interpreta las entradas sensoriales también crea los pensamientos, imaginaciones y sueños, de manera que el mundo que interpreta el cerebro de la realidad y el de la imaginación tienen la misma base física. Así, del mismo modo que los físicos estudian desde las partículas subatómicas más diminutas hasta los mayores conglomerados galácticos para entender el universo, los neurocientíficos pretenden estudiar los procesos cerebrales subyacentes en la magia.

EXPERIENCIAS "NÍTIDAS", PERO IMAGINADAS

El cerebro "construye" la realidad de cada persona, de modo que los recuerdos que se tienen, cada objeto observado, cada persona conocida y cada experiencia vivida, "son sólo fruto de la imaginación". "Lo que ocurre cuando experimentamos una ilusión, la realidad que construye el cerebro, o la experiencia subjetiva de la realidad que construye el cerebro nunca se corresponde de manera exacta con la realidad física del mundo que está fuera de nosotros", advirtió.

"Siempre tenemos una discrepancia y no hay una correspondencia al cien por cien", es decir que "todo proceso perceptivo es en cierto modo ilusorio". Y la verdad, según señala, es que todos y cada uno de los pensamientos y sentimientos son el resultado de un procesamiento que tiene lugar en el cerebro, y no necesariamente el producto de un suceso en el mundo real.

A su juicio, el papel de los sentido es fundamental sobre todo a lo que se refiere a los aspectos iniciales del procesamiento de la información. En este sentido, la doctora recuerda que "toda la información que recibimos del mundo viene a través de los sentidos, pero esta información no constituye la experiencia consciente". En el caso de la experiencia visual, recordó que no se construye en la retina, sino que tiene lugar en áreas más superiores del procesamiento del cerebro.

En cuanto a los estímulos producidos por los recuerdos, la imaginación, los sueños, etc, que dan lugar en ocasiones a experiencias "nítidas", indicó que están sostenidos por las mismas bases cerebrales, se deben a los mismos circuitos neuronales que generan la experiencia del mundo físico. "Es decir, tiene la misma base neural un sueño o una experiencia recordada o una experiencia que se siente en este mismo momento; por eso existe una gran similitud desde el punto de vista de la persona que experimenta estos diferentes tipos de sensaciones", explicó.

En la realidad física el cerebro no puede encargarse de procesar cada aspecto minúsculo de cada detalle de la estimulación visual, auditiva o olfativa que llega a los sentidos, "entonces el cerebro muchas veces toma atajos", es decir que "va a rellenar muchas veces vacíos que se crean en la percepción y llegar a percepciones que no se corresponden claramente con la realidad".

Para la doctora, Martínez-Conde esto no significa que el cerebro engañe, sino que con los recursos que tiene realiza unas funciones que han evolucionado durante muchos millones de años y han supuesto una ventaja adaptativa importante. "Es decir, antes solían considerase que las ilusiones eran errores en la percepción, pero hoy en día se puede ver que muchas de estas ilusiones visuales en realidad suponen una ventaja, y que pueden incluso haber mejorado las posibilidades de supervivencia", señaló.

EL MAGO ENGAÑA AL CEREBRO

Con respecto a la magia, indicó que es importante tener en cuenta las expectativas o perjuicios previos que el espectador tiene, o puede crear el mago, por como describe un truco. "Todo esto puede determinar en gran medida cuál va a ser su experiencia subjetiva de este truco de magia, y esto no es accidental es algo que el mago va a tratar de desarrollar para su propia ventaja", indicó.

Asimismo, aclaró que el mago no trata de engañar a la vista cuando hace un truco de ilusionismo, sino que se trata de engañar al cerebro. "No les interesa tanto dirigir o desviar la mirada del espectador, porque lo que resulta más importante en último termino es dónde se encuentra la atención. Un espectador puede estar mirando un juego de magia pero sin embargo no va a ver la trampa, porque a pesar de tener los ojos puestos en el momento y lugar adecuado, la atención puede encontrarse localizada en otro lugar".

jueves, 14 de enero de 2010

This Time, He’ll Be Left Breathless


GRAND CAYMAN ISLAND — As a doctor monitored his heart and his blood and breathing, David Blaine filled his lungs with pure oxygen and prepared to hold his breath — for 16 minutes, he hoped. Mr. Blaine is a famous magician, but he insisted that this was no trick.


Viktor Koen
TierneyLab

John Tierney discusses his attempts at breath holding at TierneyLab. Join the discussion.
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Further Reading
"Effects of glossopharyngeal insufflation on cardiac function: an echocardiographic study in elite breath-hold divers." Ralph Potkin et al. Journal of Applied Physiology, June 27, 2007.
"Physiological and clinical aspects of apnea diving." Claus-Martin Muth et al. Clinics in Chest Medicine, 2005.
"Refeeding David Blaine — Studies after a 44-Day Fast." M. Korbonits, D. Blaine, M. Elia, J. Powell-Tuck. New England Journal of Medicine, Nov. 24, 2005.
DavidBlaine.com
Performance Freediving.
Internal Association for the Development of Freediving.
Apneamania.com
Performancefreediving.com
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Mike Nelson for The New York Times
David Blaine, above, and in the pool with his trainer, Kirk Krak, top.
He was training to break the world record for breath-holding, a logical enough step in his other career. As a self-described endurance artist, he’d spent 35 hours atop a 105-foot pole and survived a week buried in a coffin. He’d fasted for 44 days in a box suspended over the Thames, a nutritional experiment that was written up in The New England Journal of Medicine (with Mr. Blaine listed as a co-author).
This breath-holding experiment, conducted last week at a swimming pool on Grand Cayman Island, was being run by Ralph Potkin, a pulmonologist in Los Angeles who is a researcher trying to understand the human propensity for going without air.
This ability isn’t new — it involves an ancient reflex shared with dolphins and other mammals — but it has only recently been rediscovered, thanks largely to the sport of free diving. Using just their lungs, free divers have kept going deeper and holding their breath longer than anyone expected.
“The empiric results have consistently exceeded theoretical predictions,” Dr. Potkin said. He is the team physician for the United States free-diving team, whose members were training at Grand Cayman Island along with Mr. Blaine.
A century ago, Houdini was celebrated for being able to hold his breath for three and a half minutes. Today even a novice can quickly learn to last longer than that, as I discovered under the tutelage of Kirk Krack, the free-diving coach who has been training Mr. Blaine for his world-record attempt. (For a breathless account of my 3 minutes and 41 seconds underwater: nytimes.com/tierneylab.)
Researchers in the 1960s calculated, based on lung capacity and the effect of water pressure, that humans couldn’t dive deeper than 165 feet. Today free divers are going down more than 600 feet and returning in apparently fine shape. Most of the time.
The day before his attempt in the pool, Mr. Blaine was practicing in the ocean and told me he was headed down for a dive of 100 feet, so routine that he didn’t bother doing the usual preparatory ritual: a slow, steady “breathe-up,” followed by exhalations to purge carbon dioxide and then a final series of quick gulps of air called lung-packing.
I watched him disappear into the depths and then reappear about two minutes later, swimming smoothly upward next to a guide rope. But about 20 feet from the surface, he suddenly veered away from the rope and appeared to struggle upward with his arms flailing. His coach, Mr. Krack, recognized the symptoms of a blackout instantly and rushed to grab Mr. Blaine, supporting his head above the surface until he regained consciousness.
He’d succumbed, Dr. Potkin said, to one of the most common and sometimes fatal dangers of free diving — and one of the reasons you shouldn’t try any prolonged breath-holding unless someone like Mr. Krack is supervising.
“Divers rarely get into trouble at depth,” Dr. Potkin said. “But as the diver approaches the surface, the decreasing water pressure causes a drop in pressure of the oxygen in the brain. If the level in the brain gets too low, it’s like a switch: lights out.”
Mr. Blaine, predictably, seemed untroubled once he recovered. What’s a little blackout to a guy who was once encased in a block of ice for 63 hours? He blamed it on overconfidence (he’d kept going 20 feet deeper than planned) and on his relative inexperience with diving.
His specialty is static apnea: holding your breath while remaining immobile in a swimming pool. It requires some of same skills as being buried alive for a week, Mr. Blaine said: “It’s all in your mind. You’ve got to stay calm and slow everything down.”
The natural impulse to stop holding your breath (typically within 30 seconds or a minute) is not because of an oxygen shortage but because of the painful buildup of carbon dioxide. Mr. Blaine said he began trying to overcome that urge when he was a child in Brooklyn and at age 11 managed to hold his breath for three and a half minutes.
In his current training, he said, he does exercises every morning in which he breathes for no more than 12 minutes over the course of an hour, and he sleeps in a hypoxic tent in his Manhattan apartment that simulates the thin air at 15,000 feet above sea level.
He has been concentrating on lowering his oxygen consumption by slowing his metabolism, partly through diet (he fasted for 18 hours before the breath-hold in the pool) and partly through relaxation. In a test by Dr. Potkin, Mr. Blaine on command quickly lowered his heart rate by 25 percent.
“David seems to have a phenomenal ability, like Buddhist monks, to control his body,” Dr. Potkin said.
When Mr. Blaine began his breath-hold in the pool, his heart rate during the first minute fell to 46 from 81, a drop that was not entirely his own doing. Immersing the face in water produces a protective action in humans similar to that in dolphins, seals, otters and whales. Called the mammalian diving reflex, it quickly lowers the heart rate and then constricts blood vessels in the limbs so that blood is reserved for the heart and the brain.
By exploiting that reflex, free divers can remain active underwater for more than four minutes, and much longer if they remain still. The world-record holders have exceeded nine minutes after filling their lungs with ordinary air, and more than 16 minutes after inhaling pure oxygen.
As Dr. Potkin monitored the electrodes hooked up to Mr. Blaine, Mr. Krack was in the pool with him watching for danger signs, like blue lips, and periodically instructing him to move a finger to show he was conscious. Otherwise, Mr. Blaine remained motionless until he heard he’d hit 16 minutes.
He emerged and broke the surface at 16:09 — stopping, as he’d planned, just shy (by five seconds) of the Guinness World Record for pure-oxygen apnea. He said he could have gone longer but wanted to hold off until his formal attempt on April 30, in front of Guinness judges and a live television audience on “The Oprah Winfrey Show.”
“It felt pretty good,” Mr. Blaine said right after emerging, sounding perfectly lucid and smiling with pink lips. “I wasn’t even there most of the time. I imagined being deep in the ocean.”
Any pain during the 16 minutes?
“Not even a little bit,” he replied.
No one is sure of the long-term neurologic effects of such prolonged apnea, Dr. Potkin said, but his examination of Mr. Blaine (including the subsequent results from blood tests) didn’t turn up any problems or abnormalities.
“Many doctors still don’t realize the body can tolerate prolonged apnea so well,” Dr. Potkin said. “My hope is to understand the process so we can apply the lessons to help people with heart and lung disease and neurological problems.”
Mr. Blaine said he too hoped there would be some long-term benefit from his efforts, but his immediate concern was breaking the world record. He made 16 minutes look easy last week, but doing it at a swimming pool in the Caribbean isn’t the same as doing it on live television. Even a Buddhist monk might have a hard time controlling his heart rate on “Oprah.”

jueves, 7 de enero de 2010

LIBRO "¿QUIEN FUE HARRY HOUDINI?"


A principios del año 2.009, recibí un e-mail desde Estados Unidos, de Isabel Mendoza, pidiendome ayuda para la traducción de un libro sobre la vida de Harry Houdini. Le ayudé encantado, y a cambio me ha enviado hace unos días un ejemplar del libro. Desde este blog quiero agradecerle el detalle, y recomendarle a todo el que pueda que lo adquiera, pues en el libro viene muy bien detallado la vida de Harry Houdini. Isabel, ha sido mi mejor regalo de Navidad.